sábado, 8 de noviembre de 2008

APRENDER EN LA VIDA Y EN LA ESCUELA



El libro aprender en la vida y en la escuela, planteado por el autor Juan Delval, es de gran importancia tenerlo presente tanto la comunidad educativa en general, como también nosotras futuras pedagogas en formación, porque da a conocer aspectos fundamentales que debemos tener en cuenta a la hora de ejercer; para así garantizar la formación impartidas de los niños-niñas, la cual debe ser no solo para la instrucción si no para la vida, donde el educando tenga las bases solidas en lo intelectual, y en los valores, con la integración de estas dos podrá desenvolverse eficazmente en la vida.

Lo relevante de estas observaciones según el autor son las siguientes: en principio, el ser humano requiere de la ayuda de sus familiares para sobrevivir, donde adquiere unos conocimientos básicos de su contexto inmediato, como sus primeras palabras, normas, valores y unas experiencias previas acerca de la cultura que le rodea. En este proceso se dan dos formas de transmisión de la información, una que es genética y otra que es la cultural, la primera se da mediante el proceso de producción, donde la persona hereda unos rasgos de sus progenitores; en cambio la cultural se da mediante el aprendizaje y la enseñanza, sin ninguna limitante en la cual se transmite la información a muchos. Por lo tanto es necesario que estas dos interactúen para que se complemente entre si, ya que la transmisión genética requiere de un proceso lento, mientras que la cultural provee en la evolución cambios rápidos.

El aprendizaje se va dando de varias maneras, en primera instancias por si mismo con el ensayo – error, para resolver determinados problemas y ser eficaz por medio de la experiencias adquirida, después del aprendizaje individual el cual se da mediante la imitación para producir una conducta realizada por otro; pero el más avanzado de estos es aquel que se produce intencionalmente para darse una relación de aprendizaje – enseñanza; estos ambientes de aprendizaje – enseñanza, donde el ser humano adquiere sus conocimientos, son muchos, aprende en el contexto en el que se desarrolla, donde construye unos saberes previos y espontáneos; otro ámbito es el escolar donde se apropia y reproduce la cultura, además recibe unos conocimientos científicos que si son bien integrados y relacionados con el anterior, el estudiante podrá entender la importancia de las teorías y comprender que determinado problema se podrá realizar y confrontar de varias formas, y a la vez ser capaz de generar otros; además que esta es una forma de conocer la realidad que permite que la observemos de una manera fructífera.

Las presentaciones de la realidad, son modelos que crean los seres humanos acerca del medio que le rodea y sobre el cual actúan, donde son bien elaboradas y estructuradas para referirse al mundo físico o social, de esta forma organiza el conocimiento, ya que estas presentaciones permiten construir explicaciones de lo que sucede y anticipar hechos para lograr propósitos. Estas presentaciones verbales constituyen un interés en lo educativo por que el conocimiento científico es una representación de la realidad, que está en continuo desarrollo, modificándose y empleándose para su transformación; además que al estudiante que se le está enseñando llega con sus propias aplicaciones para competir con las que se le está impartiendo. Es así como se produce una confusión a nivel interior, por que el educando no comprende las explicaciones científicas que están llegando a él, puesto que son abstractas y descontextualizadas en la realidad que este se desenvuelve. Por lo tanto a pesar de las enseñanzas escolares sigue usando sus propias construcciones.

Fue así como psicólogos y educadores se preocuparon por estudiar esas representaciones a alas cuales se llamaron espontaneas o teorías en acción, para ver de qué manera conseguir que los estudiantes abandonen esas ideas que han formado en su vida cotidiana, según ellos absurdas; y adquieran las correctas (científicas), dejando de lado esas ideas coherentes que muestran como la mente de los niños van en búsqueda de explicaciones. Las cuales son muy importantes ya la han construido a partir de sus propias experiencias, son estas a la que se debe prestar mayor atención y encontrar mecanismos comunes hacia ella. Entonces no se puede pretender borra de la mente, todo un proceso completo que ha desarrollado el niño para sobrevivir en el medio e incorporar bruscamente algo desconocido y aun más complejo de asimilar por parte de él.

Según otras posiciones como el Empirismo, el Innatismo y el Constructivismo, el conocimiento se produce desde otra perspectiva; para la primera el conocimiento se adquiere a partir de lo que nos transmiten los otros, es decir, que se supone que la mente al nacer es como un tablero en blanco el cual se va llenado a partir de lo que se recibe de afuera, sin dejar claro como se da ese proceso; el innatismo por lo contrario sostiene que se poseen unos conocimientos innatos, sin los cuales serian imposibles conocer, ya que estos se encargan de organizar la percepción y el lenguaje. En tercer lugar se encuentra el Constructivismo, quien postula que el conocimiento se da mediante la interacción entre el sujeto y la realidad, puesto que el niño al nacer dispone de unas capacidades innatas que le permiten actuar sobre el mundo y recibir información del exterior a través de sus sentidos.

Es así como esta teoría se sitúa en las dos postulaciones anteriores, pero resaltando ante estas una concepción original donde se evidencia como se produce la construcción del conocimiento.
Cabe resaltar que el Constructivismo, no es una concepción educativa, si no que trata de explicar cómo se forman los conocimientos, y ayudar al docente a comprender que es lo que sucede al interior del sujeto, por ello es una teoría útil para explicar los efectos que tienen en las practicas educativas.

En cambio la educación es una práctica social, que forma a los individuos para que pueda desarrollarse y adaptarse en la sociedad en la que vive; donde sus fines son suplir las necesidades e intereses de los estudiantes.

A modo de conclusión ¿se aprende en la vida y en la escuela?, si se aprende en estos dos ambientes, durante nuestra vida es todo lo cotidiano que enfrentamos y sobre lo que actuamos, adquirimos las primeras representaciones mentales de la realidad, la cual se construye mediante el apoyo de nuestro contexto inmediato, es así como este nos provee unos pre saberes acerca del lenguaje, la cultura, los valores, las normas; medios importantes y necesarios para desenvolverlos en el medio que nos rodea, además de este juega un papel fundamental como aliado para que la enseñanza se edifique sobre él, ya que este da las pauta para proponer los conocimientos que se vinculen con el entorno y facilite que se inicie con problemas que tienen un significado.

En la escuela se afianza esos conocimientos previos, como una necesidad para vivir en sociedad, donde los niños participan e interactúan con otros, mediante la cooperación y el intercambio de ideas, y así retroalimentarse el uno del otro. La escolaridad permite al ser humano adquirir y desarrollar habilidades y destrezas, las cuales en el futuro le preverán mayores oportunidades.
Entonces para que ya una emancipación entre ambos hábitos del conocimiento, en lo que la escuela debe mejorar es con relación a los saberes científicos impartidos del educado, teniendo en cuenta que estos deben ser contemporizados, demostrando que es una forma de resolver problemas y para ellos es preciso que existan; así el rol del docente se transforma no presentando soluciones correctas, si no servir de guía en la búsqueda de otras respuestas y enfrentar al estudiante con sus explicaciones, donde ellos adquieran consciencia de que el conocimiento científico requiera de esfuerzos, disciplina y concentración para que los resultados sean excelentes.

En definitiva somos nosotros los docentes quienes debemos crear el interés y la necesidad de este conocimiento tan importante para ser competente a nivel individual y social. Garantizando de este modo una educación de calidad para nuestros educandos.



BIBLIOGRAFIA

Juan Delval, aprender en la vida y en la escuela, Edición Morata, España 2001

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